¿Cómo tener una agenda visiblemente organizada para ser Superproductivo?
Lo primero es estar dispuesto a optimizar tu vida. Estar abierto a hacer pequeñas y grandes modificaciones en tu día a día que te conducirán a tener una vida mucho más ordenada y productiva.
Les cuento que soy amante de la lectura, y entre los diferentes géneros que elijo al momento de leer, está todo aquel libro que sume a mi crecimiento personal y profesional. Lo atesoro, lo leo en detalle, lo subrayo y resalto con marcadores aquello que me queda resonando o que, por ejemplo, quiero aplicar a mi día a día. Y uno de mis autores preferidos en esta temática que estamos tratando hoy, la superproductividad, es Robin Sharma.
Sharma es un autor al que sigo mucho. Me interesan prácticamente todos sus libros, y es una persona sumamente consistente en sus mensajes. Él es fiel creyente y promotor de la práctica de determinados hábitos que conducen al éxito y plantea que solamente el 5% de la población mundial son personas de elite. Y llama “personas de elite” a quienes alcanzan la riqueza y el éxito absoluto a nivel personal y profesional, una primera clase que comprende libertad financiera y emocional. Porque plantea la riqueza en diversas áreas, siendo una de ellas el dinero. Pero no la única. Es necesario encontrar un equilibrio emocional, demostrar amor a nuestros seres y forjar lazos sólidos, además de otras aristas que hacen que la riqueza de esa persona de elite sea íntegra y consistente. Para formar parte de ese 5% de elite debes estar dispuesto a hacer lo que el 95% de las personas no están dispuestas. Y aquí es donde, según Sharma, radica la gran diferencia.
Pero bien, volviendo a la Superproductividad y a lo que este grande de los hábitos plantea, y de quien he aprendido muchísimo, necesitamos ordenar nuestro interior para tener un exterior mucho más armónico, organizado y productivo. Y es necesario adquirir ciertos hábitos que, por repetición y constancia, nos conducen a alcanzar el máximo potencial a lo que hagamos.
Necesitamos optimizar nuestros tiempos, porque de ese modo podremos hacer todo lo que necesitamos para llegar a donde queremos; sin asfixiarnos y sin agotarnos en el camino. Y para ello es fundamental la planificación. Planificación de todo lo que esté en nuestro día, en nuestra semana y en nuestro mes. Y, por supuesto, a nuestro alcance. Los imprevistos existen y debemos ser conscientes de ello para poder sortearlos de la mejor manera y replantear el juego cada vez que sea necesario.
Pero vayamos de lo más macro a lo más micro. Y de los hábitos que debemos sumar para ser superproductivos a la agenda que debemos organizar para que esos nuevos hábitos se sumen y acoplen con nuestras actividades y acciones diarias que debemos cumplir para alcanzar nuestro objetivo.
6 hábitos para ser superproductivos:
Alimentación. Tener una alimentación saludable y equilibrada, no solamente nos ayuda a mantener un peso adecuado, sino que hace que todas las células de nuestro organismo se mantengan sanas y provean de energía a nuestro cuerpo y a nuestra mente. Una correcta hidratación y una alimentación rica en frutas y verduras, carbohidratos y proteínas en su justa medida y con los alimentos adecuados que aporten los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar de la mejor manera, no solamente cambiará tu día a día de manera casi inmediata, sino también modificará tu vida. Y no todas las personas necesitamos los mismos nutrientes o, mejor dicho, no a todas las personas nos hacen bien las mismas cosas. Por eso, es bueno tener un nutricionista en tu vida que te guíe y te de parámetros para aplicar a tu día a día. Respecto a esto quiero contarles brevemente mi propio testimonio y, de alguna manera, poder ilustrarles y explicarles por qué estoy tan segura y convencida de que esto es así más allá de lo que diga Sharma, los médicos y las tendencias mundiales. Y digo esto porque estamos en una era en donde la alimentación saludable parece que “está de moda”. Bueno, yo digo… ¡qué bueno que cuidarse se puso de moda! Esa es la realidad. Pero siguiendo con mi testimonio, hace poco más de un año comencé con muchos malestares gástricos que afectaban a mi energía diaria y, por ende, a mi rendimiento. Y tengo la certeza de que esto lo viven muchas personas y lo toman como natural. Y, mientras lo viven, se quejan y se quejan sin hacer nada para resolverlo. Como soy fiel creyente de que casi todo en nuestra vida lo podemos revertir, y de que somos consecuencia de nuestros actos y decisiones, resolví hacer las consultas pertinentes a quienes saben, los profesionales médicos, y descubrí qué era lo que me tenía en ese estado. Conocí mucho más de lo que pensaba de mi propio organismo. Colon Irritable, Síndrome de Gilbert e intolerancia a los fructanos y polioles. Esto marcó un antes y un después en mi vida. Fue uno de esos momentos bisagra que no te olvidás. Aprendí a conocer el comportamiento de mi organismo. Ahora se exactamente qué es lo que puedo y lo que no puedo ingerir, se exactamente qué me hace bien y me aporta energía y qué es lo que me perjudica. Y cada vez que estoy frente a una tentación (que me pasa prácticamente todos los días) se perfectamente cuál va a ser la respuesta de mi cuerpo si me expongo a ese alimento. Está en mí soportar las consecuencias o ir por el camino que se que me va a mantener activa, fresca, de buen humor, optimista y, por ende, productiva. Entonces… escucha a tu cuerpo y, tengas o no alguna sintomatología que te alerte, ocúpate de llevar una alimentación saludable. Porque realmente, si con una mala alimentación funcionas bien, ¡imagínate como sería con una buena alimentación! Cuerpo sano, mente sana, alma productiva.
Ejercicio. Hacer al menos 30 minutos de ejercicio al día. Y es que hacer ejercicio a diario suministra oxígeno y nutrientes a los tejidos y ayuda a que el sistema cardiovascular funcione de manera más eficiente. Cuando tu salud cardíaca y pulmonar mejora, tienes más energía para hacer las tareas diarias. El ejercicio libera endorfinas. Y las endorfinas son neurotransmisores que, a través de diferentes sensaciones que producen en nuestro organismo, como bienestar y tranquilidad, entre otras, hacen que nos sintamos más felices. Las endorfinas reducen el estrés, mejoran la autoestima, alivian la ansiedad, mejoran las relaciones sociales, la memoria, protege el deterioro cognitivo y, por ende, hacer ejercicio activa la productividad. Entonces, basta con salir a caminar, correr, hacer un poco de bici o practicar cualquier deporte para poder poner estos neurotransmisores en movimiento y ser cada día más productivo.
Momentos de relajación. Según Sharma, tener dos momentos de relajación a la semana ayuda a ser mucho más productivos. Estos momentos pueden ser, por ejemplo, ir a hacernos dos masajes a la semana. Pero eso lo definirás tu de acuerdo a lo que te haga feliz, te saque de la rutina diaria y te eleve a un punto en el que te sientas desconectado y en paz. Otro ejemplo puede ser pintar, cantar o desarrollar cualquier otra veta artística o sensorial que te interese. Es cuestión de autoanalizarse y probar.
Momentos de crecimiento. De crecimiento personal y profesional. Por un lado, necesitamos destinar tiempo de calidad a alimentar el amor que fluye en los vínculos humanos con nuestra familia y amigos. No debemos olvidarlos por querer ser más productivos a nivel profesional, porque estaremos restando a nuestra riqueza integral. Y, teniendo en cuenta que nuestro objetivo es ser superproductivos en todos los ámbitos de nuestra vida, es fundamental alimentar esos lazos. Por tanto, debemos prever un tiempo que esté destinado a compartir con nuestros seres queridos. Y, por otra parte, momentos de crecimiento profesional. Necesitamos capacitarnos y culturizarnos permanentemente en nuestra área de acción y en oras áreas adyacentes y complementarias a nuestra vida. Debemos destinar un tiempo semanal y consistente a leer, estudiar, investigar. Si nos estancamos con los conocimientos ya adquiridos y nos quedamos tranquilos pensando en que estamos más que capacitados y que no necesitamos más, estamos actuando como nuestros propios impostores. Quedarnos quietos con nuestros conocimientos no hará que progresemos en nuestro crecimiento profesional (y tampoco personal) y, por ende, no hará que seamos superproductivos. Para ello, necesitamos estar en movimiento permanentemente. Porque, además, el movimiento genera adrenalina y la energía suficiente para querer ir por más. Porque te estás demostrando a tí mismo que puedes más. Así que… tanto a nivel personal como profesional, debes definir las acciones que llevarás a cabo para mantener viva la llama del crecimiento.
Burbuja de concentración (evitar las distracciones). Necesitas tener momentos libres de distracciones para poder enfocarte 100% a tu o tus proyectos. Para poder trabajar en tus ideas y armar el mejor plan para alcanzar tus objetivos. Para ello, necesitas estar libre de notificaciones, chats y cualquier posible interrupción que corte con tu momento de inspiración. Sharma cuenta que sus burbujas de concentración las transita en hoteles o lugares aislados del mundo, en donde pone su teléfono en “modo avión” y elimina toda notificación que pueda desconcentrarlo para trabajar en lo que lo hará optimizar su tiempo y alcanzar los resultados que quiere; alcanzar sus objetivos. Cada uno debe buscar su burbuja de concentración. Puede ser, por ejemplo, una tarde entera en la oficina a puertas cerradas, o un día entero en tu casa que respeten tu pedido de no ser interrupción. O ya encontrarás lo que funcione mejor para tí. Pero es importante tener este momento periódicamente, una vez por semana, cada dos semanas o una vez al mes. Pero debes tenerlo y respetarlo, porque marca la diferencia.
Planificación de tu semana. Finalmente, la planificación minuciosa de todo lo que entrará dentro de tu semana. Deberás tener en cuenta todos los momentos antes mencionados e incluir absolutamente todo lo que esté dentro de cada día. Y todo en detalle, con horarios y tiempos destinados a cada tarea. A qué hora te levantarás, a qué hora desayunarás (dónde y con quién), el ejercicio, las reuniones de trabajo, actividades con amigos y en familia, los momentos de lectura y crecimiento profesional, etc. Todo deberá estar incluido en tu agenda semanal. Todo deberá tener su lugar en esa agenda planificada estratégicamente. De este modo tendrás una visión mucho más integral de lo que será tu semana y podrás ver si hay algo en lo que no estés haciendo foco y que necesitas agregar, o bien si necesitas generar un equilibrio de actividades que te permita darte tiempo para cada una de las cosas que son importantes y necesarias en tu agenda para alcanzar el nivel de productividad que necesitas para cumplir con tus objetivos. Puntualmente, para convertirte en el ser que quieres ser. Lo que a mí me resulta perfecto, y que también sugiere Sharma, es hacer este diagrama semanal todos los domingos. De ese modo te acuestas ya con un esquema limpio y claro de lo que tienes por delante y en una actitud productiva a lo que te espera el día siguiente.
Por último, y respecto a la planificación para ser superproductivos, algo que suma mucho es incluir en tu agenda semanal cuáles son los hechos importantes del mes que estás transitando. Por ejemplo, si tienes un congreso, un evento o si ocurre algo de lo que debas estar atento, aunque no ocurra en esa semana, debes tenerlo en cuenta. Esto hará que estés alerta y lo tengas presente en todo momento, incluso a la hora de agendar una nueva reunión o planificar tu nueva semana.
Y ten siempre como cabecea tus objetivos: a corto, mediano y largo plazo. Solo así podrás entender y cumplir con esa planificación. Porque para cumplir con tu agenda de superproductividad deberás mantenerte motivado todos los días. Es sumamente importante tenerlo presente y conocer cuáles son las cosas que nos motivan. Salir de tu zona de confort es algo que suma, SIEMPRE! Así que adelante… si en algún momento te sientes demasiado cómodo con lo que estás haciendo, procura salirte un poco para darle una inyección de aire nuevo a tu superproductividad. Así es como funciona una agenda y una vida superproductiva.
Por supuesto que no es fácil. En lo personal, hace mucho tiempo que vengo leyendo, investigando y estudiando todo lo que respecta a aumentar la productividad, a modificar y adquirir nuevos hábitos y a todo lo que sume para optimizar mi vida, lidiar con lo que me hace mal o no me suma, superar lo que en algún momento me perjudicó y tomar esas experiencias como aprendizajes. Y entiendo que todo lo que pueda detectar, tanto positivo como negativo, y todo lo que pueda absorber de personas que me inspiran me ayuda a seguir aprendiendo y a pulir las caras de ese diamante en bruto que, en definitiva, es la vida de una persona. Un diamante en bruto que cada uno debe ir trabajando para alcanzar el estado ideal y la vida que pretende tener.
Dicho esto, los invito a que se animen a hacer estas pequeñas y a la vez muy grandes modificaciones en su día a día, a experimentar el cambio y a comenzar un camino hacia la superproductividad. Para luego poder llevarlo a sus empresas y emprendimientos, y hacerlos aún mucho más rentables!
Los dejo con toda esta información para que puedan meditar y trabajar. ¡Nos reencontramos en el próximo artículo!
¡Muy buena jornada para todos!
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