La temática de hoy, como muchos otros temas de los que hablamos en este blog, aplica tanto para la vida profesional y empresarial como para la personal.
Quejarse se ha vuelto un deporte habitual para muchos. Cuando las cosas no salen como uno las espera, cuando nos enfrentamos a un fracaso, cuando transitamos situaciones muy poco felices y debemos hacerles frente, cuando trabajamos duramente para lograr ciertas metas y ese éxito no llega o no llega tal como lo esperábamos.
La desconformidad del día a día; el ver el vaso medio vacío en lugar de verlo medio lleno es lo que muchos transitan como algo común, asumiendo que eso es lo que les tocó y así es como tienen que manejar y aceptar su vida. Su vida empresarial, laboral o profesional. E incluso su vida personal.
El hecho de cómo nos paramos frente a cada situación es lo que hace que nuestro camino y el de nuestras organizaciones tome un rumbo o el otro. El destino de cada organización (y también el de cada persona) depende de las decisiones que tomemos nosotros mismos. Y esas decisiones deben ser conscientes y por objetivo.
Me he cruzado una infinidad de veces con personas, responsables de organizaciones, que me cuentan la situación y problemas de sus organizaciones y siempre hay culpables. Pero ellos siempre están exentos. “Vendo poco porque fulanito tal cosa”, “la competencia se me puso enfrente y entonces mis ventas bajaron”, “mis empleados hacen lo que quieren con la empresa y yo no puedo hacer nada”, etc etc. De este tipo de testimonios, un montón y para todos los gustos.
Atención, lectores de todos lados, empresarios, emprendedores, trabajadores de todos los rubros, personas al fin: no existe nada que con objetivos, planificación y constancia no puedas modificar de tu empresa. E incluso de tu vida. La planificación puede mover montañas. Entonces, dejen a un lado todas esas excusas sin sentido que lo único que hacen es tirarlos cada vez más abajo. Levanten la cabeza y visualicen el panorama. Necesitan encontrar el mejor camino. Para ello hace falta compromiso y responsabilidad con ustedes, con la empresa y con su equipo de trabajo.
Entonces, menos quejas y más acción. NecesitaN organizarse y para ello les traigo algunos punto claves en los que deben enfocarse, reflexionar y trabajar:
Primero y principal: ¿Hacia dónde voy o quiero ir?
¿Por qué estoy desconforme? ¿Qué es lo que está saliendo mal?
¿Cómo puedo cambiarlo? ¿Qué debo hacer para que eso pase?
¿Cuándo y cómo voy a hacerlo?
Hagan un punteo de ideas y visualicen su empresa/trabajo/estado ideal. Ese al que quieren llegar. Una vez identificado esto, cambien la pisada desde el momento uno. Necesitan comenzar a ver las cosas con otros ojos. Desde el optimismo, la responsabilidad, el compromiso y el sentido del cambio. Cambiar para mejorar. Cambiar para ser más productivos nosotros o nuestras empresas. Cambiar para alcanzar nuestras metas. Cambiar lo que está mal.
En lo personal, me he caído y me he levantado en un par de oportunidades y uno en el camino aprende y mucho. Dicen que la vida nos enseña a golpes. Yo creo que nos enseña con ambas cosas: nos da golpes y nos da reconocimientos. Y son estos los que nos dan la fuerza para continuar y avanzar hacia la meta.
Podemos caernos y no levantarnos más. O podemos ver la nube negra y quedarnos allí estancados eternamente. Pero si queremos crecer necesitamos movernos porque nadie va a hacer las cosas por uno mismo, y nadie tiene la culpa de nuestros fracasos o desaciertos. Solamente está en nosotros el poder cambiarlo. Si debes tomar decisiones para cambiar el rumbo de la empresa, así deberás hacerlo. Si debes fortalecer, capacitar o educar a tu equipo de trabajo así lo harás. Si lo que necesitas es potenciar las comunicaciones con tus potenciales clientes, deberás asumirlo. Pero ante todo, debes tener muy en claro cuál es el objetivo general de tu empresa.
Si hay desorganización a nivel interno, también lo habrá a nivel externo y viceversa.
Entender y reconocer en dónde estás fallando, agachar la cabeza y enseguida levantarla para continuar con más impulso para cambiar, es lo que se necesita para hacer exitosa a cualquier empresa o persona. El cambio es posible pero depende de tí lograrlo.
Así que, empresarios y emprendedores… analicen su situación y ponganse en campaña de modificar y mejorar todo lo que esté a su alcance. Porque les puedo asegurar y garantizar que les va a hacer la diferencia.
Recuerden siempre, una acción bien encarada suma muchísimo. Una acción mal enfocada resta mucho más.
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